viernes, 13 de julio de 2007

Frases de San Alberto en relación a la responsabilidad


Como mujer católica, debo reconocer que fue muy difícil trabajar con un sujeto de estudio que hace dos años fue declarado Santo. Sin embargo, como Peter Burke nos ha dicho, el Historiador viene con el peso de su cultura y de su historia (valga la redundancia) y, por eso, no puede desligarse de estos elementos al momento de escirbir.

Por esta razón, creo que es fundamental que todo cristiano, específicamente todo católico, conozca la obligación que tiene de participar en la política del bien común y como decía San Alberto "no se desentienda de ella"(1). Y esto, porque tenemos una inmensa responsabilidad con nuestro prójimo, viéndolo en el ejemplo dejado por Cristo.


Por otra parte, esta responsabilidad con el prójimo, que finalmente, para San Alberto Hurtado, se traduce en amor, se fundamenta en el hecho de que Cristo se encuentra dentro de cada Ser Humano, dentro de cada Persona humana(2). Entonces, desde esta perspectiva, "lo que a nuestro hermano le hacemos, a Cristo se lo hacemos" (San Alberto Hurtado).


A continuación se mostrarán algunas frases elaboradas por nuestro santo en relación a la responsabilidad, para que reflexionemos sobre eso y seamos capaces de ver el claro vínculo existente entre la política del bien común y el cristianismo (o más bien, la acción cristiana).



  • "¡Horrible responsabilidad! Al apóstol le tocará revelar en su carne mortal la vida del Maestro para la salvación de las almas...que son como trenes sin frenos disparados hacia la eternidad...¿Podré permanecer inactivo? (Una visita de Dios a la Universidad. Ediciones Universidad Católica, Santiago, 2001. P. 10. ).

  • "Cada día estoy seguro que lo que Nuestro Señor nos pide a los sacerdotes del siglo XX es una responsabilidad al problema de santidad y una aplicación de esta santidad a lo social, campo en que se hace más necesaria que en ningún otro la sinceridad de nuestras convicciones sobrenaturales. Por otra parte, la Congregación General última habló tan claro sobre la misión social de la Compañía que no hay caso de quedarse atrás".
    ("Carta a Carlos Hurtado Echeverría s.j., Santiago", 25 de noviembre de 1946. Cartas e Informes, pp. 204-205).

  • "Pero esta misión ha dejado de cumplirse porque las energías espirituales se han debilitado, porque las virtudes cristianas han decaído, porque la Religión de Jesucristo, en que fuera bautizada nuestra Patria y cada uno de nosotros, no es conservada, porque la juventud, sumida en placeres, ya no tiene generosidad para abrazar la vida dura del sacerdocio, de la enseñanza y de la acción social. Es necesario, antes que nada, producir un reflotamiento de todas las energías morales de la Nación: devolver a la Nación el sentido de responsabilidad, de fraternidad, de sacrificio, que se debilitan en la medida en que se debilita su fe en Dios, en Cristo, en el espíritu del Evangelio" ("Te Deum, Acción de gracias por la Patria, septiembre de 1948". Un fuego que enciende otros fuegos, pp. 121-123).

  • "La justicia social se traduce en dos sentidos que hacen falta en el mundo moderno: sentido social, el primero, que nos hará sentirnos servidores del bien común, nos hará comprender las inmensas repercusiones de nuestras actividades y de nuestras omisiones para bien o mal de muchos, nos llevará a servir nuestra Patria y lo que Santo Tomás, siglos antes de la fundación de la Sociedad de las Naciones, llamaba: la comunidad de todos bajo las órdenes de Dios. Y el segundo, sentido de responsabilidad, que tiene tanto sabor evangélico en la parábola de los talentos [cfr. Mt 25,14-30]: de aquí una conciencia profesional bien desarrollada; cumplimiento del deber a conciencia, no por pura rutina; suministro de mercaderías de buena cualidad; adquisición de una verdadera competencia; lealtad en el servicio de los clientes; etc. La justicia social reclama que los ricos no se cierren en la posesión egoísta de sus riquezas, que los pobres no se dejen carcomer por la envidia o el odio, que la miseria sea suprimida, que la propiedad sea accesible a todos, etc" (Moral Social p. 218).

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(1) "Carta cricular sobre la directiva del Consejo Nacional de la Juventud Católica sobre acción católica y acción política". s70 y 128. Centro de Estudios y Documentación Padre Hurtado de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

(2) Hablamos de persona humana, ya que para la Iglesia Católica existen tres tipos de personas, a saber, persona humana, angélica y divina. Lo idea de que Cristo se enceuntra dentro de cada persona humana, la encontramos en la Teología del Cuerpo Místico de Cristo, en la que San Alberto basó sus estudios. Los invitamos a analizar los escritos de Emile Mersch en relación a la Teología del Cuerpo Místico de Cristo.

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